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¿En qué consiste el mecanismo de ajuste en frontera por carbono y por qué es tan polémico?

  • La UE propone aplicar un arancel sobre los productos intensivos en carbono importados.

  • La medida (CBAM) se aplicará en dos fases, entrará en vigor en 2026 e inicialmente se aplicará a importaciones de sectores como cemento hidrógeno y electricidad.

En el marco de la lucha contra el cambio climático, la Unión Europea (UE) ha lanzado lo que consideran uno de los instrumentos clave dentro del Pacto Verde Europeo: el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono, también conocido como MAFC o CBAM (por sus siglas en inglés, Carbon Border Adjustment Mechanism). Se trata de una parte esencial del paquete de medidas “Fit for 55”, un conjunto de propuestas de revisión y actualización de la legislación de la UE destinadas a garantizar el cumplimiento del objetivo intermedio de la UE de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEIs) en un 55% respecto a 2030.

Esta propuesta ya ha sido tildada de “audaz, complicada y controvertida” y varios países ya han expresado su preocupación por su aplicación. Sin duda, la medida va a perturbar las relaciones comerciales entre la UE y sus socios, pero vamos a ver en qué consiste exactamente.

El CBAM está pensado para aplicarse en paralelo al régimen de comercio de derechos de emisión (RCDE) de la UE y así contrarrestar la fuga de carbono. Basado en el principio de “tope y trueque”, el RCDE establece un precio al carbono y, cada año, las industrias cubiertas por él deben comprar los derechos de emisión correspondientes a sus emisiones de GEIs. Dichos derechos están limitados, y todos los años se rebaja el tope con el objetivo de crear incentivos financieros para que las empresas reduzcan sus emisiones.

Riesgo de fuga

El problema es que esto podría desembocar en lo que se conoce como fuga de carbono: aunque algunas empresas cuyos procesos productivos son altos en emisiones de GEIs tienen asignados derechos gratuitos para respaldar su competitividad, estos se van a ir eliminando progresivamente, apareciendo el riesgo de que consideren trasladar su producción a otros países de fuera de la UE para así evitar el aumento de costes asociado al RCDE, importando productos con un precio más ventajoso en detrimento del medio ambiente. 

Y es aquí donde aparece el CBAM. Se trata de un arancel sobre los productos intensivos en carbono importados desde la UE, de forma que la balanza se equilibraría al igualar el precio del carbono de las importaciones con el precio del carbono de la producción en la UE. La eliminación progresiva de la asignación gratuita de derechos en el marco del RCDE se producirá en paralelo con la introducción del mecanismo CBAM, garantizando la coherencia entre los objetivos climáticos y la política comercial.

El CBAM se aplicará en dos fases, de forma que antes de la entrada en operación del sistema definitivo, se producirá un periodo transitorio cuyos objetivos son:

  • Servir de aprendizaje tanto para los importadores como los productores y las autoridades implicadas.
  • Permitir la recopilación de información sobre las emisiones de GEIs para ayudar a perfeccionar las metodologías de cálculo de dichas emisiones.
  • Adaptar el precio del carbono producido en la UE con el de las mercancías importadas.

Este primer periodo transitorio irá desde el 1 de octubre de 2023 al 31 de diciembre de 2025, e inicialmente se aplica sólo a las importaciones procedentes de los sectores que más riesgo de fuga de carbono presentan: cemento, hierro/acero, aluminio, hidrógeno, fertilizantes y electricidad (aunque ya se ha acordado que esto se va a extender a más productos, como los químicos y los polímeros). Los bienes concretos que están afectados por el CBAM se detallan en los Anexos I y II del Reglamento de Ejecución (UE) 2023/1773, donde aparecen los códigos CN de todos los materiales afectados. Además, también se exponen las obligaciones derivadas de la importación de dichos bienes:

  1. Inscribirse en el Registro transitorio CBAM, que permite la comunicación entre todas las partes del mecanismo (Comisión Europea, autoridades competentes y aduaneras, comerciantes y empresas declarantes).
  2. Presentar informes CBAM de forma trimestral. Serán los importadores de mercancías (o sus representantes aduaneros indirectos) los encargados de notificar las emisiones de GEIs implícitas en sus importaciones. El informe debe presentarse en el plazo máximo de un mes después del final del trimestre, y los cálculos de emisiones se pueden realizar de 3 formas:
    1. Utilizando valores de referencia por defecto publicados por la Comisión Europea. Este método solo puede utilizarse para notificar el 100% de las emisiones implícitas hasta julio de 2024; pudiéndose utilizar durante el resto del periodo transitorio para notificar hasta un 20% de las mismas.
    2. Utilizando una metodología equivalente que tenga en cuenta o un sistema de fijación del precio del carbono, o un sistema obligatorio de seguimiento de las emisiones, o un sistema de seguimiento que pueda incluir la verificación de un tercero acreditado, siempre en el lugar en el que esté ubicada la instalación. Este método se puede utilizar para las importaciones realizadas hasta diciembre de 2024. 
    3. Utilizando la nueva metodología proporcionada por la UE. Se podrá aplicar a lo largo de todo el periodo transitorio.

Así, no será necesario realizar ningún pago o ajuste financiero durante esta primera fase.

Una vez entre en vigor de forma plena el mecanismo, el 1 de enero de 2026, los importadores estarán obligados a comprar los certificados CBAM correspondientes. Cabe señalar que este mecanismo no es un impuesto a liquidar a la importación, sino que la compra de los certificados debe adquirirse antes de efectuar la importación de los productos sujetos al CBAM. Si el importador puede probar que ya se ha pagado un precio del carbono durante la producción de las mercancías importadas, este importe se podrá descontar del correspondiente que se deba redimir al CBAM.

A posteriori, y con la fecha límite del 31 de mayo de cada año, el importador o su representante deberá entregar, ahora sí anualmente, el informe, notificando las mercancías importadas el año natural anterior y sus correspondientes emisiones, así como el número de certificados CBAM adquiridos para dicha importación.

Se trata de un mecanismo complejo, por problemas tanto técnicos como geopolíticos, que enfrenta a las empresas de la UE a varios retos ya desde su periodo transitorio. Es más, su éxito o fracaso va a depender de las reacciones de terceros países, ya que será necesario intensificar el intercambio de información con los proveedores, y habrá muchos casos en los que surjan problemas para obtener la información requerida. Por tanto, no será hasta dentro de algunos años cuando sabremos si este mecanismo sirvió para conseguir una reducción efectiva de emisiones o para abrir la puerta a una nueva guerra comercial.

Antía Míguez, tecnóloga en Genesal Energy

Transición energética y descarbonización, una oportunidad para buscar modelos industriales sostenibles

Uno de los mayores desafíos de la humanidad es la lucha contra el cambio climático y para combatirlo es necesario que las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEIs) toquen techo lo antes posible, pero esto implica llevar a cabo un proceso de descarbonización de los sistemas socioeconómicos actuales y ”transicionar” hacia nuevos modelos eficientes en el uso de recursos, desde materias primas hasta flujos energéticos, basados en energías limpias y competitivas. En Genesal Energy somos muy conscientes de ello.

¿Cómo hacer la transición?

Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), no basta con sustituir las actuales infraestructuras energéticas, dependientes de los combustibles fósiles, por otras renovables y sostenibles. También es necesario implementar medidas de eficiencia energética que permitan no sólo reducir los consumos -como se suele decir de forma coloquial, “la mejor energía es la que no se consume”-.

Pues bien, en este contexto, donde el sector industrial debe jugar un papel activo en el proceso de cambio, en Genesal Energy no miramos hacia otro lado, sino todo lo contrario. Hemos puesto en marcha OGGY (Off Grid Genesal energY), un sistema de gestión energética propio que permite monitorizar en tiempo real, tanto la producción -en caso de que la haya- como el consumo de energía, decidiendo en cada momento qué hacer con dichos flujos para conseguir aprovecharlos de la manera más eficiente posible: almacenarlos en el sistema de batería, consumirlos en las instalaciones de la compañía, verterlos a red o una combinación de cualquiera de estas opciones.

Ilustración  SEQ Ilustración \* ARABIC 1. Esquema de funcionamiento del sistema de gestión energética. Las flechas indican la dirección del flujo de la energía

Este sistema está formado por tres grandes bloques (lustración 1):

  • El OGGY es capaz de controlar diferentes focos de generación energética, incluida la red eléctrica convencional. En el caso concreto de la aplicación en Genesal Energy, los focos son los siguientes:
    • Dos fachadas fotovoltaicas en dos de nuestras naves en el polígono de Bergondo, en A Coruña, donde está la sede principal de la compañía (Ilustración 2) que ocupan una superficie de 111 m2. Están formadas por 93 unidades de vidrio fotovoltaico de silicio cristalino de última generación, con siete tamaños diferentes para adaptarse adecuadamente al diseño de la fachada original. En total, la potencia instalada es de 13.1kWp, lo que permite una generación de 11 000 kWh anuales. No se trata de paneles instalados encima de la antigua fachada, están integrados en ella, permitiendo un mejor aislamiento térmico de los edificios. 

    • Esto se traduce en que no sólo se ha conseguido introducir un foco de autoconsumo renovable, sino que se han podido reducir hasta un 50% las necesidades de refrigeración, lo que implica disminuir la climatización de las naves. Sólo esta instalación, sin contar el resto del sistema energético, va a permitir evitar la emisión de 245 toneladas de CO2 en 35 años, el equivalente a un ahorro de 661 barriles de petróleo por m2.
    • Además de las fachadas para aumentar la potencia renovable, también se han instalado 126 paneles fotovoltaicos en la cubierta de las naves de la compañía, con una potencia de 57.33 kW. Dichos paneles permiten ahorrar más de 20 toneladas de CO2 al año.
    • Pruebas de grupos electrógenos en las instalaciones de la compañía. Todos los generadores que se venden en Genesal Energy se prueban en sus instalaciones antes de enviarse al cliente. Esto permite ofrecer un servicio de alta calidad, pero también supone un alto consumo de combustible fósil. Por ello, en concordancia con los principios marcados por la economía circular, la compañía ha decidido reaprovechar esta energía volviéndola a introducir en la cadena de valor. De esta forma, el OGGY se encargará de almacenar un porcentaje de la energía generada en estas pruebas.
    • Como back up, y aunque con la cantidad de energía que se genera en las instalaciones Genesal Energy podría ser autosuficiente, también se ha optado por mantener la conexión a la red eléctrica convencional en caso de que se produzcan fallos en el sistema. 
  • El núcleo y la parte más importante es el algoritmo de gestión energética o EMS, que es el encargado de controlar todos los flujos energéticos. Así, el sistema energético analiza continuamente el estado de la generación, del almacenamiento y de los consumos para determinar en cada momento el perfil de trabajo del sistema.
    Además, también tiene en cuenta variables externas al sistema, como la previsión de las condiciones meteorológicas (para así poder predecir cuál va a ser la energía generada en la instalación fotovoltaica) o el precio de la electricidad en tiempo real (para poder tenerlo en cuenta a la hora de decidir entre verter la energía a red o almacenarla en el sistema de baterías).La integración entre el sistema OGGY y los focos generadores se hace mediante MODBUS, un protocolo de comunicación abierto que se utiliza para transmitir información a través de redes en serie entre diferentes dispositivos electrónicos. Es algo fundamental para que el sistema pueda gestionar adecuadamente todos los flujos y hacia dónde están dirigidos.En cuanto al sistema de almacenamiento, está formado por un rack de baterías de litio con una potencia total de 92 kWh, agrupados en 14 módulos.
  • Por último, están los focos consumidores de la energía. En el caso de Genesal Energy, estos son los que se producen en la propia fábrica y en las oficinas.

En definitiva, los esfuerzos realizados por nuestra compañía en favor de la sostenibilidad y el medioambiente son nuestra humilde aportación a la lucha contra el cambio climático. Y todas las acciones, investigaciones y proyectos desarrollados en este campo parten del absoluto convencimiento de que se hace lo correcto. El sector industrial debe entender los procesos de transición ecológica y de descarbonización como oportunidades para potenciar su propia transformación hacia modelos industriales sostenibles. Y sistemas de gestión energética integrales como el OGGY son claves para este nuevo escenario.

Antía Míguez, tecnóloga de Genesal Energy