Innovación para un futuro sostenible

“Solamente a través de la innovación será posible reducir el CO2, mejorar la eficiencia energética y aliviar la presión sobre los recursos.”

María Teresa Costa i Campi, Catedrática de economía aplicada en la Universidad de Barcelona.

En un mundo en el que el cambio climático y la degradación ambiental son temas prioritarios, la innovación tecnológica debe adquirir un rol protagonista en el desarrollo sostenible: no será posible superar los desafíos ambientales y sociales que enfrentamos como consecuencia de la actual crisis climática sin la convergencia entre tecnología y sostenibilidad. 

El papel de la tecnología en la sociedad

La tecnología siempre ha sido una fuerza impulsora en el progreso humano, transformando la economía y ayudando a mejorar la calidad de vida. Sin embargo, este progreso ha venido acompañado de un significativo impacto ambiental, que va desde la contaminación del aire y del agua hasta la explotación insostenible de los recursos naturales. Es decir, la innovación tecnológica es un arma de doble filo: ha sido parte del problema, pero puede y debe convertirse una pieza esencial de la solución.

Para ello, la tecnología debe evolucionar hacia prácticas más sostenibles, como son el desarrollo de energías limpias, la creación de productos más eficientes o la implementación de prácticas menos contaminantes. La clave para alcanzar estos objetivos la encontramos en la innovación, en la búsqueda de nuevas formas de seguir satisfaciendo las necesidades de las actuales sociedades sin comprometer la salud del planeta.

Combustibles sostenibles: la columna vertebral del futuro energético

La transición hacia combustibles sostenibles es uno de los elementos más cruciales en la lucha contra el cambio climático, ya que, aunque en el campo de las energías renovables se están haciendo grandes avances, no es posible llevar la electrificación a todos los sectores. Por ello, es fundamental explorar y desarrollar alternativas de combustibles sostenibles que permitan reducir en gran medida la dependencia de los combustibles fósiles.

El Hidrobiodiésel, o HVO (Hydrotreated Vegetable Oil), es una de estas grandes alternativas. Se produce a partir de aceites vegetales y grasas animales y, a diferencia del biodiésel convencional, el HVO se obtiene mediante un proceso de hidrogenación, lo que resulta en un combustible más limpio y con mejores propiedades de combustión. Este combustible reduce significativamente las emisiones de CO2, NOx y partículas en comparación con el diésel fósil, y es compatible con la infraestructura existente de distribución y los motores diésel actuales. Además, el HVO tiene una densidad energética similar al diésel convencional, lo que lo convierte en una opción práctica y eficiente para el transporte y otras aplicaciones energéticas.

Por otro lado, pasando al sector de los combustibles gaseosos, otra de las grandes promesas la encontramos en el hidrógeno (H2). Cuando se utiliza en celdas de combustible, este gas puede producir electricidad con agua como único subproducto, convirtiéndolo en una solución de cero emisiones. Además, también es posible producir hidrógeno de manera sostenible mediante la electrólisis del agua y utilizando energía renovable. Si este es el caso, no se producen emisiones de CO2 y al producto obtenido se le conoce como “hidrógeno verde”. La adopción de hidrógeno como combustible puede contribuir significativamente a la descarbonización de sectores difíciles de electrificar, como el transporte pesado, la aviación y la industria.

El biogás, por su parte, es una mezcla de gases producidos por la descomposición de materia orgánica en ausencia de oxígeno. Este gas se compone principalmente de metano (CH4) y dióxido de carbono (CO2); y su producción a partir de residuos agrícolas, estiércol, desechos orgánicos y aguas residuales no solo proporciona una fuente de energía renovable, sino que también ayuda a realizar una gestión de los residuos más eficiente. El biogás puede ser purificado para obtener biometano, que tiene propiedades similares al gas natural y puede ser utilizado en la red de gas existente.

Eficiencia energética: sistemas de gestión avanzados

Para maximizar los beneficios de cualquier fuente de energía, sea o no renovable, es crucial implementar sistemas de gestión energética avanzados. Estos sistemas permiten monitorear, controlar y optimizar el uso de la energía en diferentes sectores, mejorando la eficiencia y reduciendo el consumo, lo que a su vez lleva a una disminución de las emisiones.

Existen diversas maneras de mejorar la eficiencia de los sistemas de energía, entre las que destaca la aplicación de algoritmos de gestión que permitan ajustar de manera dinámica la producción y el consumo de energía en función de la oferta y la demanda. Por ejemplo, en sistemas de energía solar o eólica, dichos algoritmos pueden prever la disponibilidad de energía y adaptar la producción en consecuencia, optimizando el rendimiento y minimizando el desperdicio.

Además, en un contexto como en el que vivimos, en el que se busca aumentar la inserción de energías renovables en la red eléctrica, la combinación de los algoritmos de gestión con sistemas de almacenamiento de energía es especialmente relevante. Recordemos que este tipo de energías no sólo son intermitentes por naturaleza, sino que no podemos ejercer ningún tipo de control sobre su disponibilidad. Los sistemas de almacenamiento, como las baterías, pueden capturar el exceso de energía cuando está disponible y liberarla cuando sea necesario, pero no tienen la capacidad de gestionarla de forma eficiente por sí solos. Es ahí donde entra en juego la importancia de los algoritmos de gestión, que permiten coordinar la operación del almacenamiento y optimizar su funcionamiento en función no sólo de la demanda energética, sino también de las condiciones del sistema.

Además, recordemos que uno de los pilares de la transición energética es el aumento de micro-redes y de smart grids, donde se integran diversas fuentes de energía distribuida, sistemas de almacenamiento a pequeña escala y focos consumidores. Aunque no es sencillo gestionar todos estos elementos de manera eficiente y coordinada, los avances en algoritmos de control permiten facilitar esta tarea, permitiendo mejorar la estabilidad y fiabilidad de las redes.

Inteligencia Artificial: el motor de la sostenibilidad

La Inteligencia Artificial (IA) está transformando nuestra aproximación a los desafíos ambientales al ofrecer soluciones innovadoras y eficientes para reducir el impacto medioambiental de las operaciones industriales. Aunque existen múltiples campos de aplicación de la IA en el sector industrial, como la lógica heurística o los sistemas de expertos; nos vamos a centrar en el mantenimiento predictivo gracias a su potencial para alargar la vida útil de los equipos, reducir residuos y optimizar el consumo de recursos.

El mantenimiento predictivo consiste en supervisar el funcionamiento de los equipos utilizando técnicas de monitoreo en tiempo real, análisis de datos y tecnologías avanzadas, como la IA, para para detectar los problemas antes de que sucedan o de que tengan consecuencias graves. Es decir, se trata de detectar el origen del fallo antes de que realmente se produzca. De esta forma, es posible garantizar que sólo se realizan las acciones necesarias en el momento que hacen falta, lo que, a su vez, implica menores costos de piezas y de mano de obra, aumenta la disponibilidad del operario y disminuye el tiempo en el que el grupo está inactivo (ya que, durante el periodo de mantenimiento, este no puede estar funcionando).

Este tipo de estrategias pueden tener un impacto significativo en la sostenibilidad en varias áreas clave Este tipo de estrategias ofrece múltiples beneficios en términos de sostenibilidad y eficiencia operativa. En primer lugar, se logra una reducción de las emisiones producidas durante los mantenimientos, ya que se minimizan las revisiones innecesarias y, por ende, el número de viajes que deben realizar los operarios. Esto tiene un impacto directo en la disminución de las emisiones generadas por el transporte. Además, se logra un ahorro significativo de energía al mantener los equipos en condiciones óptimas de funcionamiento, evitando el consumo excesivo de energía que suelen causar los equipos defectuosos o mal mantenidos.

Otro aspecto crucial es la optimización del gasto de materiales usados. Al identificar y corregir posibles fallos antes de que se conviertan en problemas mayores, los arreglos necesarios suelen ser más simples y menos costosos. Por ejemplo, detectar que un filtro de aceite de un motor no funciona correctamente y reemplazarlo es una tarea sencilla y barata. Sin embargo, si este problema no se aborda a tiempo, puede llevar al sobrecalentamiento del motor y a fallos más graves y costosos de reparar.

Finalmente, el mantenimiento predictivo contribuye significativamente a la reducción de la cantidad de residuos generados. Al prolongar la vida útil de los equipos y evitar fallos catastróficos que podrían requerir reemplazos completos, se disminuye la cantidad de desechos producidos, promoviendo una gestión más sostenible y responsable de los recursos.

Genesal Energy: comprometidos con la innovación sostenible

En Genesal Energy estamos comprometidos con esta visión del rol que juegan la tecnología y la innovación en la transición energética hacia un futuro más sostenible. Por ello, muchas veces en colaboración con diversas instituciones tanto públicas como privadas, participamos en el desarrollo de nuevas tecnologías que ayuden a luchar contra el cambio climático. Así, no solo apostamos por la eficiencia en todos nuestros productos, sino que trabajamos constantemente en la mejora de los sistemas de generación distribuida para que puedan funcionar con combustibles sostenibles. Prueba de ello son los proyectos desarrollados en materia de HVO, hidrógeno y biogás. Además, también desarrollamos nuestro sistema propio de almacenamiento y gestión inteligente de la energía, como es el OGGY, que permite optimizar todos los flujos energéticos, tanto los de generación como los de consumo.

Además, como no somos de conformarnos, también buscamos innovar en nuestros propios procesos productivos. Por ello, integramos las prácticas sostenibles en el centro de nuestras operaciones a través de iniciativas como son la instalación de una fachada fotovoltaica o el reaprovechamiento de los flujos energéticos en fábrica.

Gracias a esta forma de trabajar, queremos demostrar que es posible equilibrar crecimiento económico y sostenibilidad ambiental, liderando el camino hacia un futuro energético más verde y responsable.