HVO ¿Estamos ante el combustible del futuro?

El aceite vegetal hidrotratado se hace hueco en el mercado por sus numerosas propiedades y es uno de los caminos hacia la transición energética.

La electricidad no es ni mucho menos la principal forma de energía utilizada, y tampoco es fácil llevar la electrificación a todos los sectores y aunque es cierto que el avance de las fuentes renovables es más que notable, en la actualidad el 80% de la demanda de energía primaria a nivel mundial sigue basándose en combustibles fósiles. Y esto es un problema, no sólo por los altos niveles de emisiones derivadas y sus consecuencias sobre el cambio climático, sino también por el carácter finito de estos combustibles, los cuales, tarde o temprano acabarán agotándose.

Por tanto, en Genesal Energy somos muy conscientes de que urge encontrar nuevos combustibles sostenibles para esos sectores donde la electrificación no va a llegar o al menos no a corto plazo. Y es aquí, en este escenario, donde entra en escena el HVO que en los últimos años se ha ido posicionando como una de las principales alternativas al diésel. Te damos todas las claves sobre este novedoso combustible.

¿Qué es el HVO?

El aceite vegetal hidrotratado o HVO (por sus siglas en inglés, Hydrotreated Vegetable Oil), es un biocombustible de segunda generación. Aunque lleve en su nombre las palabras “aceite vegetal”, se puede producir a partir de diferentes materias primas vegetales y no vegetales:

  • Aceite de cocina vegetal usado (UCO, Used Cooking Oil).
  • Residuos de grasa animal.
  • Tall oil, un subproducto de la fabricación de pulpa de madera.
  • Aceites de origen vegetal no aptos para uso alimentario (colza, soja y palma).

Por sí solos, estos aceites no son combustibles efectivos. Sin embargo, mediante un proceso conocido como hidrotratamiento es posible convertir las grasas de estos aceites en hidrocarburos casi idénticos al diésel convencional.

¿Es lo mismo que el biodiésel?

No, biodiésel y HVO hacen referencia a combustibles diferentes. Si bien ambos parten de los triglicéridos de los aceites vegetales y de las grasas animales, en el caso del biodiésel éste se fabrica por esterificación: la materia prima aceitosa se trata con un alcohol, generalmente metanol, y un catalizador. Esto produce glicerina y un combustible hecho de ésteres metílicos de ácidos grasos o FAME (Fatty Acid Methyl Ester).

Por otro lado, para obtener HVO los aceites son sometidos a un proceso de hidrotratamiento. Dicho de modo simple, se utiliza hidrógeno para eliminar el oxígeno del aceite a altas temperaturas, dividiendo las moléculas de grasa en cadenas separadas de moléculas de hidrocarburos. Como resultado se obtiene un combustible estable comparable al diésel fósil, tanto en forma como en rendimiento, lo que hace que el HVO se sitúe por encima del biodiésel como alternativa al combustible fósil.

¿Cuáles son las ventajas de usar HVO?

Destacan las siguientes:

 

  • Si como materia prima se utilizan aceites usados, y se produce de forma relativamente local, la utilización de HVO puede resultar en una disminución de emisiones de CO2e de hasta un 90%.
  • En la quema de HVO las emisiones de monóxido de carbono (COx) y de otras partículas contaminantes son menores.
  • Su vida útil es larga: hasta diez veces más que el diésel.
  • Su rendimiento se mantiene incluso a temperaturas extremas (-30 ºC).
  • Posee buenas características químicas. Es aromático, de baja densidad, con un índice de cetano muy alto y sin azufre. Además, su poder calorífico, y por tanto su contenido energético, es más alto que el del biodiésel.
  • A diferencia del biodiésel, que es necesario mezclar con diésel convencional para que funcione correctamente, el HVO es un combustible directo, que se puede reemplazar por completo en la mayoría de los grupos diésel.
  • También en comparación con el biodiésel, este último es propenso a la degradación, siendo necesaria una planificación muy concreta para almacenarlo. Para almacenar HVO sólo es necesario un tanque de aceite simple. De hecho, los tanques de diésel convencional se pueden llenar con HVO, y viceversa; de forma que si, por ejemplo, estamos funcionando con HVO, pero éste se agota y es imposible adquirirlo con la suficiente rapidez, se podría volver a usar diésel.

Diferentes marcas de los mundos del motor de combustión y de la energía distribuida ya han empezado a hacerse eco de las ventajas del HVO, certificando que sus productos son compatibles con este biocombustible.

Por poner algún ejemplo, diversas compañías han declarado que todos sus motores Euro 5 y Euro 6 son compatibles con la utilización de HVO.

¿Es el HVO sostenible?

Si bien el HVO presenta muchas ventajas, para hablar de la sostenibilidad de un combustible debemos prestar atención no sólo a sus propiedades, sino también a toda su cadena de valor. ¿Son la materia prima y la producción de origen relativamente local? En cuanto al origen de la materia prima, ¿se utilizan solo aceites usados, o también se incluyen, por ejemplo, cultivos aceitosos? ¿Han sido necesarios cambios en los usos del suelo para tener disponibles dichos cultivos? Si tenemos en cuenta la imagen entera, para hablar de un HVO 100% necesitamos asegurarnos de que se produce a partir de una materia prima derivada de desechos reales y que se respetan criterios medioambientales y sociales a lo largo de toda la cadena de valor.

Sin embargo, surge otra cuestión: si tenemos disponible un HVO que sabemos que no es 100% sostenible… ¿Es mejor recurrir a él o seguir utilizando diésel fósil? ¿Buscamos otra alternativa, como puede ser otro tipo de biocombustible o incluso un combustible sintético? Estas son preguntas difíciles de responder que dependen además de muchísimos factores.

La Escala Greenesal

Para facilitar la toma de decisiones sobre la elección y utilización de combustibles, desde Genesal Energy hemos creado la “Escala Greenesal de evaluación de la sostenibilidad para combustibles”.

Se trata de una herramienta que permitirá evaluar la sostenibilidad de los combustibles, de forma que no solo sea más sencillo elegir entre las diferentes opciones disponibles, sino que proporcionará una idea clara sobre el impacto real de cada una de estas.  Además, la herramienta ponderará de forma justa factores relacionados con las tres esferas del desarrollo sostenible:

  • Esfera medioambiental: origen de la materia prima, emisiones GHG, carbono orgánico del suelo, eutrofización, acidificación, balance energético, biodiversidad.
  • Esfera económica: costes capitales, costes operacionales.
  • Esfera social: derechos de las tierras, problemas relacionados con las condiciones de trabajo, relación con las comunidades locales

De esta forma, no solo se podrá distinguir entre diferentes tipos de combustible, sino que incluso para un mismo tipo, en función de las condiciones que se hayan generado a lo largo de la cadena de valor, se podrá conocer cuál tiene un mayor impacto positivo en la búsqueda de un futuro sostenible.

 

Tecnólogas, ingenieras y matemáticas analizaron en el II Seminario Mujeres STEM el impacto de la transición energética

La Cátedra Genesal Energy-USC reunió en la Universidad de Santiago de Compostela (USC), en el marco del II Seminario Mujeres STEM y Transición Energética: avanzando hacia un futuro sostenible, a ocho mujeres con puestos de responsabilidad en empresas del mundo de la tecnología, la energía, la movilidad y la ingeniería, que afirmaron que la transición energética traerá grandes cambios a medio y largo plazo. 

Tras el éxito de su primera edición, el foro se celebró el 28 de septiembre en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería (ETSE) y forma parte de las actividades de la Cátedra de Transición Energética Genesal Energy-USC, que desde su creación se mantiene fiel a su estrategia de ser espacio académico y altavoz para mujeres referentes en sectores donde la presencia femenina no llega al 30%.

En esta ocasión, el acto contó con la presencia de Silvia Fernández, Project Manager de la Zona Norte de Eurofred Group; Raquel Maquieira CEO de la consultora 91 grados; Elena Echeverría, jefa del departamento de Seguridad Industrial de Galicia en Applus; Susana Benedicto, coordinadora de Transformación en la refinería Repsol de A Coruña; Julia González, directora de la ETSE; Ángeles Ríos, directora de Orona en Galicia; y Antía Míguez y Esther Zugasti, tecnóloga de I+D y responsable de la Oficina de Transición Energética de Genesal Energy, respectivamente.

Los desafíos de la transición energética y las transformaciones que su desarrollo provocarán en todas las áreas y procesos de producción fueron aspectos destacados por las profesionales -matemáticas, tecnólogas, químicas e ingenieras en su mayoría- que animaron a las jóvenes a estudiar carreras técnicas, donde las mujeres sólo representan el 29% del alumnado. 

El poder de la escuela

Las mujeres STEM también reclamaron cambios educativos desde la base de la pirámide docente, pero sobre todo en etapas cruciales para los jóvenes donde las vocaciones pueden convertirse en profesiones, como la ESO y Bachillerato. En este sentido, se mostraron partidarias de implantar medidas activas, como la puesta en marcha de servicios de orientación actualizados. 

Las múltiples posibilidades laborales, la innovación constante y los retos tecnológicos son, a juicio de las participantes en el seminario, los grandes atractivos de las carreras STEM.

El director de la Cátedra de Transición Energética Genesal Energy-USC; Enrique Roca, y el CEO de Genesal Energy Julio Arca presidieron la apertura del seminario que estuvo moderado por Oriol Sarmiento, gerente del Clúster de Energías Renovables de Galicia (Cluergal). 

En el acto de clasura, Arca destacó los importantes desafíos de la transición energética, que abre un mundo de posibilidades y también el camino a nuevos conceptos como las “neorenovables o volver a jugar en el mix energético”, dijo el CEO de Genesal Energy quien, tras destacar la importancia de fomentar la diversidad en el campo de la innovación, agradeció a las ponentes su participación en el seminario.

Sostenibilidad: ¿sabes realmente qué es?

A lo largo de los últimos años los términos sostenibilidad y desarrollo sostenible están en boca de todo el mundo. Vehículos sostenibles, combustibles sostenibles, moda sostenible, productos de alimentación sostenibles…pero ¿realmente sabes qué significan estos conceptos?

¿En qué consiste la sostenibilidad?

El concepto de desarrollo sostenible aparece registrado por primera vez hace ya 36 años, con la publicación en 1987 del Informe Brundtland para Naciones Unidas, titulado “Our Common Future”. En él se alertaba sobre las consecuencias medioambientales negativas derivadas de la industrialización, el desarrollo económico y la globalización desmedidos; y se proponían estrategias de sostenibilidad centradas alrededor de 3 grandes líneas estratégicas:

  • El crecimiento económico de calidad y duradero para aliviar la pobreza.
  • La mejora de la calidad de dicho crecimiento económico, atendiendo a temas como el abastecimiento de energía, la seguridad alimentaria o la preservación de ecosistemas.
  • El cuidado del medio ambiente, que debía pasar a ser un elemento fundamental en la toma de decisiones de las instituciones, organizaciones y empresas.

Además, en dicho informe se ponía el foco por primera vez sobre las problemáticas sociales, económicas y medioambientales, y cómo estas se relacionan entre ellas. También se definió de manera clara lo que se entiende como desarrollo sostenible: “El desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas”.

Los 3 pilares del desarrollo sostenible

Hoy en día la sostenibilidad se sigue entendiendo de la misma manera, de forma que se sigue haciendo hincapié en la necesidad de encontrar un equilibrio integrado entre las esferas social, medioambiental y económica para poder hablar de un desarrollo verdaderamente sostenible:

Justicia social.

Busca el bienestar de todas las personas y comunidades. Todos necesitamos tener cubiertas unas necesidades básicas: trabajo, atención a la salud, seguridad alimenticia y energética, abastecimiento de agua o acceso a una educación de calidad, entre otras. Además, este tipo de cuestiones deben atenderse teniendo en cuenta y respetando la diversidad cultural y social de cada comunidad, y asegurando que no se producen situaciones de injusticia ni de discriminación de ningún tipo, fomentando el papel de todos los miembros de la sociedad en la determinación de su futuro.

Viabilidad económica.

Persigue un nuevo modelo empresarial que genere riqueza de manera sostenible. El sistema productivo debe satisfacer las necesidades sociales asegurándose de no poner en riesgo ni los recursos naturales ni el bienestar de las futuras generaciones. Es decir, el enfoque económico debe integrar las necesidades de la población y los límites medioambientales para fomentar el equilibrio responsable a largo plazo.

Protección medioambiental.

Con el objetivo de encontrar un modelo que nos permita explotar los recursos sin agotarlos, contribuyendo a su recuperación para futuros aprovechamientos, y avanzar en la lucha contra el cambio climático; es necesario la aplicación de medidas de protección medioambiental que, al mismo tiempo, no dejen de tener presentes las necesidades de la población y los medios económicos disponibles allí dónde se quieren aplicar.

¿Cómo alcanzar la sostenibilidad? La Agenda 2030

Una vez definido el concepto de sostenibilidad, el siguiente reto consistía en averiguar cómo alcanzarla. Era necesario que dicho concepto cristalizase en políticas concretas que facilitasen un marco de actuación estable; lo que dio lugar a la aparición de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

La Agenda es aprobada en septiembre de 2015 por los 193 Estados miembros de la ONU como una ambiciosa hoja de ruta que busca lograr, para el año 2030, un desarrollo sostenible poniendo fin a la pobreza, protegiendo el planeta y mejorando las vidas y perspectivas de las personas en todo el mundo. Está compuesta por 17 ODS, que a su vez se subdividen en 169 metas y 232 indicadores.

Esta iniciativa no es la primera que se realiza en favor del desarrollo sostenible, de hecho, los ODS son una continuación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (2000-2015) de la ONU, que en su día constituyeron la primera confluencia internacional para afrontar los problemas globales. Si bien es cierto que no se llegaron a cumplir todas las metas marcadas por los ODM, sí se produjeron importantes avances que se extendieron a través de la Agenda 2030, como la comprensión de la necesidad de trabajar de forma colaborativa. Sólo mediante alianzas y la implicación activa de personas, empresas, administraciones y países de todo el mundo, será posible alcanzar los ODS.

En cuanto a sus ejes centrales, la Agenda 2030 se construye alrededor de las ya conocidas como 5P:

1- Personas

Poner fin a la pobreza en todas sus formas y asegurar que todas las personas puedan explotar su potencial con dignidad e igualdad en un medio ambiente saludable.

2- Planeta

Proteger los recursos naturales del planeta mediante un consumo, una producción y una gestión de ellos sostenible, y combatir el cambio climático, para asegurar un ambiente digno para las generaciones futuras.

3- Prosperidad

Asegurar que todos puedan disfrutar de una vida próspera y plena, y que el progreso económico, social y tecnológico se produzca en armonía con la naturaleza.

4- Paz

Fomentar sociedades pacíficas, justas e inclusivas, que estén libres del temor y la violencia.

5- Participación activa

Implementar la Agenda a través de alianzas globales sólidas, basadas en la solidaridad y centradas en las necesidades de los más vulnerables.

Transición energética: la importancia de las redes distribuidas y los grupos electrógenos

La energía es uno de los ejes principales sobre el que giran todas las actividades económicas y sociales.

De hecho, a lo largo de las últimas décadas, la demanda de energía primaria no ha dejado de crecer y, según la International Energy Agency (IEA), en 2040 habrá aumentado en más de un 30%. A esto, hay que añadirle que, con el objetivo de descarbonizarla, actualmente se está impulsando el proceso de electrificación de la economía, lo que supone que todos los sectores de actividad contribuirán aún más al aumento del consumo eléctrico.

Transición energética

Esta situación se produce además en un momento de lucha contra el cambio climático y sus consecuencias, buscando en todo momento alcanzar los objetivos de sostenibilidad y calidad de vida marcados. Por tanto, es necesario que el sector se transforme completamente, de forma que todos los agentes relacionados con el sistema eléctrico evolucionen a través de la llamada “Transición Energética”. Dicha transición implica pasar del modelo tradicional de generación de electricidad, caracterizado por estar centralizado y por recaer sobre el uso de tecnologías fósiles, a un nuevo modelo descarbonizado y basado en fuentes renovables, donde impere la generación distribuida.

Microrredes

En este contexto destacan como solución especialmente viable, fiable, accesible e inteligente las microrredes.

Consisten en sistemas hibridados de generación bidireccional que permiten la distribución de electricidad desde los proveedores a los consumidores utilizando tecnología digital y favoreciendo la integración de fuentes de generación renovable. Normalmente, cuentan con sistemas de control que predicen los consumos y ciclos de trabajo de sus elementos y con dispositivos de almacenamiento de energía que permiten compensar las demandas energéticas de forma que optimizan el aprovechamiento de cada uno de los elementos de la microrred mientras ayudan a suplir los puntos débiles.

Sin embargo, hemos de ser conscientes de que, incluso extendiendo el uso de dichas microrredes, en la actualidad un abastecimiento energético cubierto exclusivamente con energía renovable no es viable.

Por un lado, no tenemos capacidad para cubrir el 100% de la demanda energética solo con energías limpias -por no mencionar que no en todos los lugares hay disponibilidad y acceso a ellas- y, además, otro de los grandes problemas de las renovables es el de la intermitencia. La generación eléctrica renovable, a diferencia de la de origen fósil, no es ajustable a la demanda de forma que los picos de demanda no tienen por qué coincidir con los ciclos de máxima producción. La única manera de solucionar esto es mediante el almacenamiento energético, pero también aparecen múltiples limitaciones cuando se requiere hacerlo a gran escala.

Grupos electrógenos, la solución óptima

La tendencia global a corto y medio plazo es combinar la energía fósil y renovable, buscando eliminar los aspectos negativos de usar cada una de ellas individualmente y abrir la senda para reducir la dependencia de los recursos fósiles.

Y es en este escenario donde los grupos electrógenos aparecen como una solución óptima, ya que permiten aportar seguridad y estabilidad a los sistemas, al tiempo que satisfacen las necesidades energéticas.

En primer lugar, la integración de grupos electrógenos en el mix eléctrico resuelve de manera sólida la inestabilidad de las energías renovables al no depender de condiciones naturales muchas veces impredecibles, lo que se traduce en un aumento de la fiabilidad de los sistemas al tener asegurada la disponibilidad de energía.

Otro de los grandes beneficios que presentan es su capacidad para planificar su funcionamiento gracias a los sistemas de gestión inteligentes. Permiten programar periodos de funcionamiento en base a condiciones específicas o periodos temporales concretos, lo que aumenta la eficiencia del sistema y disminuye los costes de operación. Destaca también el que pueden funcionar como una alternativa de almacenamiento, proporcionando una respuesta rápida en aquellos casos en los que se produzcan variaciones de carga. Por último, su uso resulta especialmente interesante en lugares a los que no llega la red convencional, como zonas rurales o islas, permitiendo el acceso a una energía de calidad en estas zonas.

Es decir, los grupos electrógenos pueden llegar a ejercer un papel fundamental a lo largo de los próximos años, sirviendo de apoyo a la necesaria transformación del sistema eléctrico al tiempo que aumentan la fiabilidad, la seguridad y la eficiencia de las redes.

Innovación y transición energética, nuestros grandes desafíos para 2023

La sostenibilidad no es algo nuevo en Genesal Energy. Cuando casi nadie en el sector industrial pensaba en este concepto y hacerlo se consideraba una moda pasajera, en la compañía nos lo tomábamos en serio trabajando en un detallado plan de acción dirigido a obtener la mayor eficiencia energética de todos los proyectos que llevasen nuestro sello. Este compromiso con las energías limpias y el medioambiente ha pasado de la teoría a la práctica y en gran medida ha hecho posible que despidamos 2022 con los deberes hechos.

Así, en nuestro haber hay numerosos proyectos cumplidos y la puesta en marcha de iniciativas como la Cátedra de Transición Energética, la primera que hay en Galicia creada en colaboración con la Universidad de Santiago de Compostela (USC).

Cátedra de transición energética

El 2022 marcó el comienzo de una maravillosa aventura llena de posibilidades. En menos de un año, la recién creada Cátedra ha concedido sus primeros premios a los mejores Trabajos de Fin de Grado (TFG) y de Fin de Máster (TFM), categorías que desde ahora y con periodicidad anual distinguirán a estudiantes que destaquen en el estudio de temas sobre transición energética y sostenibilidad.

Para 2023 los retos son numerosos y las directrices a nivel medioambiental son precisas porque nuestra intención es mantener la senda de 2022 y lograr los mejores resultados posibles. De este modo, reforzaremos nuestro compromiso con la Agenda 2030 y también la ejecución de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a través de nuevos procesos de identificación y priorización de los que sean más relevantes para la compañía y que ya forman parte indisoluble de nuestra estrategia empresarial.

Plan de Transición Energética

También será el año en el que impulsaremos nuestro Plan de Transición Energética, tanto a nivel corporativo como productivo y sectorial, porque estamos convencidos de que la lucha contra el cambio climático es una carrera de fondo, una obligación moral y creemos que las palabras no son suficientes: para cambiar hay que actuar.

Por eso, a lo largo del ejercicio 2023 continuaremos investigando y desarrollando soluciones sostenibles y cada vez más eficientes no solo para nuestros clientes, si no también aplicándolo a nuestra propia compañía.

En este sentido, entre los proyectos más inmediatos destaca la entrada en funcionamiento en nuestra sede central de Bergondo, en A Coruña, de la primera fachada fotovoltaica integral en Galicia. Comenzará a estar 100% operativa a principios de año y es tan solo un ejemplo de lo que deseamos hacer a medio y largo plazo.

Greenesal

En nuestra cruzada en favor de la sostenibilidad y la transición energética, en 2022 dimos un paso más y pasamos a la acción con iniciativas concretas que se concentran en Greenesal, un programa meditado, planificado y ambicioso concebido para cambiar las cosas desde el punto de vista de la sostenibilidad. Confiamos que 2023 será su año.

La reducción de la Huella de Carbono en todas nuestras instalaciones, la celebración de cursos, seminarios y jornadas, el fomento de la colaboración público-privada para impulsar proyectos de I+D+i forman parte de una larga lista de iniciativas previstas desde Genesal Energy para los próximos 12 meses.

Data centers y sector sanitario

La proactividad es una de las máximas de la compañía para obtener energía singular, de calidad, personalizada y lo más respetuosa posible con el planeta. El desarrollo de proyectos para dos plantas de hidrógeno verde, el diseño y fabricación de un grupo electrógeno para una gran planta de reciclaje que aspira a ser referente en España o los equipos diseñados para garantizar el suministro eléctrico en la nueva Fábrica de Moneda y Timbre de Madrid forman parte de las soluciones desarrolladas en 2022 por nuestra área de ingeniería. Todos se incluyen en la gama de grupos electrógenos personalizados Genesal Energy donde controlamos y supervisamos todo el proceso, desde el minuto uno hasta el posterior servicio de mantenimiento. Es, sin duda, uno de nuestros valores añadidos y una marca de distinción que seguiremos potenciando.

En la hoja de ruta de Genesal Energy para el nuevo año tienen gran protagonismo los sectores con grandes perspectivas de crecimiento a nivel energético, como los data centers, todo lo relacionado con las energías renovables y el desarrollo de soluciones energéticas en campos como el sanitario o en un ámbito tan estratégico como Defensa.

Asimismo, en la búsqueda continua de la ventaja competitiva, el Centro Tecnológico de Energía Distribuida (CETED) será como hasta ahora una pieza imprescindible para fabricar grupos electrógenos de calidad, tanto para la venta como para el alquiler, gama con gran futuro y activo cada vez más importante en nuestras filiales de México y Perú.

La fabricación de grupos electrógenos personalizados, fundamentales para todas las instalaciones e infraestructuras relacionadas con la comunicación y el transporte también serán una prioridad, al igual que todos aquellos proyectos destinados a potenciar las energías limpias.

Y, por supuesto, en una compañía que nació hace casi 30 años con el sueño de consolidarse en el mercado exterior, la proyección internacional y la búsqueda de nuevos mercados serán objetivos de primer orden en el nuevo ejercicio económico donde la sostenibilidad y la transición energética serán los grandes desafíos.